Se denomina cimentación al conjunto de elementos estructurales cuya misión es transmitir las cargas de la edificación o elementos apoyados a este al suelo
distribuyéndolas de forma que no superen su presión admisible ni
produzcan cargas zonales. Debido a que la resistencia del suelo es,
generalmente, menor que la de los pilares
o muros que soportará, el área de contacto entre el suelo y la
cimentación será proporcionalmente más grande que los elementos
soportados (excepto en suelos rocosos muy coherentes).
La cimentación es importante porque es el grupo de elementos que
soportan a la superestructura. Hay que prestar especial atención ya que
la estabilidad de la construcción depende en gran medida del tipo de
terreno.
Tipos de cimentación
La elección del tipo de cimentación depende especialmente de las características mecánicas del terreno, como su cohesión, su ángulo de rozamiento interno, posición del nivel freático y también de la magnitud de las cargas existentes. A partir de todos esos datos se calcula la capacidad portante,
que junto con la homogeneidad del terreno aconsejan usar un tipo u otro
diferente de cimentación. Siempre que es posible se emplean
cimentaciones superficiales, ya que son el tipo de cimentación menos
costoso y más simple de ejecutar. Cuando por problemas con la capacidad
portante o la homogeneidad del mismo no es posible usar cimentación
superficial se valoran otros tipos de cimentaciones.
Hay dos tipos fundamentales de cimentación: directas y profundas.
Cimentaciones superficiales o directas
Son aquellas que se apoyan en las capas superficiales o poco profundas del suelo, por tener éste suficiente capacidad portante
o por tratarse de construcciones de importancia secundaria y
relativamente livianas. En este tipo de cimentación, la carga se reparte
en un plano de apoyo horizontal.
En estructuras importantes, tales como puentes,
las cimentaciones, incluso las superficiales, se apoyan a suficiente
profundidad como para garantizar que no se produzcan deterioros. Las
cimentaciones superficiales se clasifican en:
- Cimentaciones ciclópeas.
- Zapatas.
- Zapatas aisladas.
- Zapatas corridas.
- Zapatas combinadas.
- Losas de cimentación.
Cimentaciones ciclópeas
En terrenos cohesivos donde la zanja pueda hacerse con paramentos
verticales y sin desprendimientos de tierra, el cimiento de concreto
ciclópeo (hormigón) es sencillo y económico. El procedimiento para su
construcción consiste en ir vaciando dentro de la zanja piedras de
diferentes tamaños al tiempo que se vierte la mezcla de concreto en
proporción 1:3:5, procurando mezclar perfectamente el concreto con las
piedras, de tal forma que se evite la continuidad en sus juntas. El
hormigón ciclópeo se realiza añadiendo piedras más o menos grandes a
medida que se va hormigonando para economizar material. Utilizando este
sistema, se puede emplear piedra más pequeña que en los cimientos de mampostería
hormigonada. La técnica del hormigón ciclópeo consiste en lanzar las
piedras desde el punto más alto de la zanja sobre el hormigón en masa,
que se depositará en el cimiento. Precauciones:
- Tratar que las piedras no estén en contacto con la pared de la zanja.
- Que las piedras no queden amontonadas.
- Alternar en capas el hormigón y las piedras.
- Cada piedra debe quedar totalmente envuelta por el hormigón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario