El funcionamiento es sencillo, convierte la energía potencial del agua a
cierta altura en energía eléctrica. Se permite la caída del fluido y la
energía potencial se convierte en cinética alcanzando gran velocidad en el
punto más bajo; en este punto se le hace pasar por una turbina y provoca un
movimiento rotatorio en un generador que a su vez se convierte en energía
eléctrica de tensión y frecuencia desordenadas. Una vez extraída la
energía eléctrica el agua se devuelve al río para su curso normal,
pudiéndose aprovechar de nuevo para obtener energía eléctrica aguas abajo o
para el consumo humano.
Denominamos turbina a la máquina que se emplea para transformar energía
mecánica en energía eléctrica, aunque inicialmente esta será desordenada,
no comercial. Hay dos tipos fundamentales de turbinas para aprovechar la
energía hidráulica, turbina Pelton y Francis-Kaplan; la primera se utiliza
en el caso de saltos superiores a 200 metros y pequeños caudales, normalmente
para presas situadas en zonas de alta montaña; las segundas son más
indicadas en el caso de saltos menores.
Esta energía eléctrica se va a convertir en energía eléctrica comercial
utilizando primero un transistor y posteriormente un alternador. La energía
eléctrica así obtenida está en alta tensión, varios miles de voltios, y a
frecuencia comercial, en España a 50 Hz. Los cables de alta tensión van a
trasladar a la energía eléctrica por el país llegando a nuestras viviendas
a tensión comercial, 230 V en corriente monofásica y 400 V en trifásica. El
cambio de alta a baja tensión se realiza en transformadores.
Conducción del agua desde presa (Central hidráulica del Tambre, A Coruña) |
Para aprovechar la energía hidroeléctrica necesitamos agua estancada en
un embalse o presa situada a una altura por encima del cauce habitual del
río; se llama salto de agua a la diferencia de altura entre el nivel superior
e inferior. La ventaja principal respecto a otras renovables es que el caudal
de agua puede ser controlado, de forma que en el momento de demanda eléctrica
dejaremos fluir el líquido generando energía; en el caso que no exista esta
demanda mantendremos cerradas las compuertas hasta que vuelva a existir
demanda; este es una ventaja respecto a la energía eólica ya que de momento
en ésta no se resuelve el problema del almacenamiento.
La energía hidroeléctrica es un recurso natural especialmente indicado
para zonas lluviosas o por las que circulan ríos caudalosos; es recomendable
que estos ríos tengan cauces poco variables aunque en el caso de ríos con
caudales oscilantes se pueden usar los embalses para el almacenamiento de agua
en tiempos de sequía.
El principal problema que presentan es que la generación de energía
hidroeléctrica necesita invertir grandes sumas de dinero por lo que en
regiones donde abundan petróleo o carbón no suele ser competitiva; otro
inconveniente es que la construcción implica un gran impacto ambiental al ser
necesaria la inundación de valles y desplazamiento de población; también
debemos señalar que se modifican las condiciones físicas y químicas del
río como salinidad, temperatura, nutrientes... ya que el agua embalsamada
altera las condiciones naturales del río. Algunas especies como salmones
necesitan desovar aguas arriba de la presa; para facilitar esto se construyen
canales biológicos.
Citamos anteriormente que la energía hidroeléctrica tiene su principal ventaja en la facilidad de ceder energía en los momentos de mayor demanda; otros puntos a su favor es que durante la explotación el impacto ambiental es mucho menor que en las energías fósiles (no produce gases de efecto invernadero ni contamina a la atmósfera), su explotación apenas requiere mantenimiento, el almacenamiento de agua también se puede utilizar para regadíos y se evitan inundaciones al poder regular el caudal. |
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